¿Se hace o se nace emprendedor? Esta pregunta ha inquietado a muchos especialistas en los últimos años, especialmente si con la respuesta a esta pregunta se consigue crear las condiciones más adecuadas para formar debidamente a los emprendedores y detectar las habilidades que gobiernan la emprendiduría.
La naturaleza de la emprendiduría es tan variada como los factores que parecen influir sobre las gentes que apuestan por innovar. Unos son de naturaleza interna, literalmente se llevan en los genes, pero otros se aprenden y se ejercitan.
Mihaly Csikszentmihalyi, el psicólogo que descubrió el concepto del flujo, concepto que hace que un individuo se olvide del mundo exterior para entrar en una percepción total, en un modo, en el que la voluntad y la atención comienzan a ver a largo plazo y a ensoñar sobre las opciones disponibles para modificar el entorno, las causas y los efectos.
Para Csikszentmihalyi los innovadores fluyen y el arte de fluir se puede aprender y enseñar. Otros especialistas se han centrado en la motivación interna del emprendedor para entender cómo funcionan sus pulsiones creativas.
El mismo Csikszentmihalyi ha llegado a reconocer cómo pautas educativas, como las de la educación con el sistema Montessori, pueden generar en los niños el hábito de la concentración y el de la capacidad creativa que, convertida en una forma de relacionarse con la realidad, pueda ser la base de una mentalidad y de una voluntad emprendedora en un adulto.
Sociabilidad
La sociabilidad es otro factor que parece que también hay que tener en cuenta. O éso es al menos lo que demostró un estudio desarrollado por Uschi Backes-Gellner de la Universidad de Zurich y Petra Moog del Universidad de Siegen en Alemania en 2013 que halló que las personas que mantienen vínculos sociales muy diversos, diferentes entre sí, con personas de mentalidades distintas, son las que están en mejores condiciones para convertirse en emprendedores.
Se trata de una actitud social que, en cualquier caso, resulta evidente que es imprescindible para buscar acuerdos, negociar, promover, entender, encontrar oportunidades, todas acciones básicas de la actividad empresarial. El principio de todo.