Ford tenía planteado realizar en la localidad mexicana de San Luis Potosí una inversión de nada menos que 1.600 millones de dólares. El motivo de este desembarco económico e industrial de Ford en la ciudad tenía como explicación la fabricación de un nuevo Ford Focus que pronto saldrá al mercado. Esta inversión, sin embargo, ha sido cancelada.
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Trump presiona a Ford y General Motors
Donald Trump ha presionado tanto a Ford como a General Motors a que no realicen sus inversiones en México, sino que lo hagan en empresas estadounidenses. La presión venía acompañada de una amenaza en forma de sanción arancelaria, que recortaba un 35% los beneficios obtenidos en cuanto a ahorro por la exportación de este dinero al país vecino, donde la rentabilidad no supera el 40%.
Ford ha respondido a las presiones de Trump cancelando la inversión bajo el argumento de una confianza al próximo presidente de los Estados Unidos. De esta forma, la operación queda completamente cancelada y Ford reorientará 700 millones de dólares hacia una fábrica en Michigan (Estados Unidos), en la que espera poder avanzar en I+D para desarrollar el futuro de los coches eléctricos, mercado con más potencial a medio plazo.
En lo relativo al nuevo Focus, será construido en México, la inversión será considerablemente menor y asumirá el trabajo la actual fábrica de Hermosillo. Esto también supone una consecuencia laboral importante y es que el casi millar de nuevos empleos ya no se realizará en México, donde no se precisará nueva mano de obra, sino en Estados Unidos, dado que la investigación en I+D planteada sí requerirá de profesionales cualificados en diferentes sectores, no asumibles por la plantilla actual.
El peso mexicano en mínimos y los precios en máximos
Era de esperar que el peso mexicano sufriera las consecuencias de esta retirada de Ford hacia Estados Unidos. La moneda llegó a mínimos históricos tras conocerse la decisión y la inversión en ella es cada vez menos apropiada según los analistas. Por si fuera poco el país está sufriendo una creciente inflación, lo que ha motivado a replantear el crecimiento de México en 2017, que se prevé que acabara en pérdidas aún mayores que las consideradas tras saber que Trump sería el próximo presidente en la Casa Blanca.