Con la generalización de los bloques de viviendas en varias alturas, el ascensor se ha ido convirtiendo en ese invento tan útil en algunas ocasiones y tan necesario en otras. Porque para aquellas personas aquejadas de alguna enfermedad o falta de movilidad o las que tienen que transportar peso o cochecitos de bebé resultaría realmente complicado vivir en una segunda planta sin ascensor, y ya no digamos una quinta, sexta o incluso más.
Existen circunstancias en las que el ascensor es totalmente imprescindible y sin embargo aún son muchos los inmuebles que no cuentan con esta facilidad y que dificultan enormemente la vida de personas mayores, parejas con niños pequeños o personas de movilidad reducida.
Por este motivo han sido ya varios los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas que han decidido otorgar a aquellos edificios residenciales en los que residan varias familias, es decir, los bloques de viviendas, una ayuda específica que podrán solicitar las comunidades de propietarios constituidas legalmente y que acrediten una situación de recursos limitados. Es decir, aquellas comunidades de edificios generalmente antiguos y sin ascensor cuyos vecinos por su situación económica no podrían hacer frente al gasto que supondría instalar este elemento. Se trata en muchas ocasiones de subvenciones a fondo perdido para lo cual sería necesario realizar el proyecto y presentarlo ante el Ayuntamiento como paso previo a la llamada a la empresa de instalación de ascensores que se encargaría de realizar este trabajo y en muchas ocasiones incluso de realizar el proyecto para facilitar así la labor de los representantes de las comunidades.
En estos casos el inmueble que recibirá la subvención tendrá que haber pasado el informe de inspección técnica de la edificación asegurando unas buenas condiciones de seguridad en la estructura para hacer constar que la instalación del ascensor no comprometerá de ninguna forma la estabilidad del edificio. El promotor en cualquier caso sería siempre la comunidad de propietarios, que deberá realizar todos los trámites oportunos como la contratación de obras, técnicos que redacten los proyectos y la dirección de los mismos. Unas actuaciones que sin duda ofrecerán una mejor calidad de vida a todas aquellas personas y comunidades de vecinos que por motivos económicos no puedan permitirse la instalación de un ascensor en su edificio, ya que generalmente se trata como se ha citado anteriormente de viviendas con bastante antigüedad cuyos inquilinos por lo general suelen ser personas mayores y con escasos recursos.